¡Me encanta que te detengas a leer esta parte! Es importante conocer la ilusión que hay detrás de llenar cada barriga de felicidad.
Hace más de 60 años, Cruz y su esposo, Antonio 'El Batanero', adquirieron un par de cerdos, unas cuantas gallinas, algunos conejos, una pareja de ovejas y una vaca. Mientras criaban a los animales, comenzaron a comercializar los productos que estos les proporcionaban: leche, huevos, conejos, etc. En ese momento, nuestra abuela, Cruz 'La Batanera', decidió crear una pequeña tienda de ultramarinos en una parte del comedor de su casa. Mientras tanto, nuestro abuelo invertía cada duro de beneficio en la adquisición de nuevos animales y fincas donde podía cultivar árboles y hortalizas para comercializar en la tienda.
Fue en la década de los 70 cuando nuestra abuela adquirió un local muy cerca de su vivienda y estableció un supermercado llamado 'Comestibles Domenech'. El pequeño ultramarinos del comedor de su casa se había transformado en el supermercado del barrio de San Francisco.
Años después, a principios de la década de los 80, nuestra tía Maru y nuestra madre, las mayores de los hermanos, decidieron abrir un segundo supermercado, esta vez en una zona más céntrica, junto al Ayuntamiento. Este supermercado era el más grande hasta el momento en la ciudad, pero mantenía la misma esencia de la despensa que nuestra abuela había iniciado en el comedor de su vivienda.
En este año 2024, deseamos rendir homenaje a nuestra abuela, una mujer digna de admiración. No solo porque sea nuestra abuela, sino porque podría ser la mujer más trabajadora que hemos conocido. Sacó adelante a sus once hijos, creó una despensa que alimentó a muchas familias con dificultades socioeconómicas. Ha conseguido que su esfuerzo continúe 60 años después generando empleo. Pero lamentablemente, la tradicional tienda de barrio se enfrenta a grandes desafíos en la actualidad y hemos decidido, que su esfuerzo continúe adelante, aunque ella ya no lo pueda ver, hoy nace ‘La Batanera’ con aroma de pueblo y sabor a tradición.